En 1996, junto con Juan de Loxa, Enrique Moratalla y Antonio Mata, crea el Manifiesto de la Canción del Sur y comienza a cantar en la Universidad, acompañado por su guitarra y su característica voz trémula, que se convertiría en una de sus señas de identidad. Lo hace teniendo como referente una memoria familiar republicana, ya que su abuelo había sido fusilado al término de laGuerra Civil Española, -siendo acusado falazmente de socialista radical y fusilado en El Fargue de Granada dónde era capitán de la fábrica de pólvora- su primera época, la de la Transición Española, es marcadamente política y sus canciones se unen a la reivindicación general de una España democrática y al resurgimiento de la identidad andaluza, “ser andaluz es la forma que tengo de ser persona”, como el mismo decía.
De esta época es el tema Verde, Blanca y Verde, tema considerado como el himno no oficial de Andalucía y que hace referencia a los colores de la bandera autonómica. Durante su estancia en París, en 1972, desarrolló una relación entrañable con Lluís Llac. A finales de 1975, Carlos Cano abandona el colectivo "Canción del Sur", por discrepancias con el resto de los miembros, principalmente con Juan de Loxa. Carlos era el único miembro profesional del grupo, mientras él salía de Granada ampliando su horizonte, el resto no.
En los años ochenta gira hacia el intimismo, sobre el que pivotan discos como Si estuvieran abiertas todas las puertas, De la luna y el sol o A través del olvido, y amplía su estilo incluyendo tangos, boleros o rumbas a la vez que crea composiciones musicalmente muy cuidadas, como El rey Al-Mutamid le dice adiós a Sevilla, de influencia árabe y cuya letra está tomada de los propios versos de Al- Mutamid, el rey poeta de Sevilla.
Con Cuaderno de coplas y Quédate con la copla reivindica el valor de la copla como canción popular andaluza, tras un uso por parte del franquismo que le había supuesto el desprecio de la modernidad, un ejemplo claro es Manolo Escobar y su "viva el vino y las mujeres, que por algo son regalo del Señor".
Cano fue el primer artífice de esta reivindicación, continuada posteriormente por artistas como Martirio o Pasión Vega que conseguirían colocar a este estilo dentro de la modernidad. Como cantó Carlos Cano en la canción "Proclamación de la copla", con letra de Antonio Burgos: "No es ni canción ni española, es copla y andaluza".
En 1998musica los poemas de Diván del Tamarit de García Lorca con cuya poesía ya había trabajado anteriormente, para lo que cuenta con la colaboración de Leo Brower, la Orquesta Filarmónica de Londres, Curro Romero, El Orfeón Donostiarra, Paco Ibañez, Santiago Auserón y Marina Rosell.
En 1995 ingresado en el hospital Ruiz de Alba por un aneurisma disecante de aorta, siendo trasladado en un avión-ambulancia a Nueva York por decisión familiar. Sufría una disección de aorta que fue intervenida por el Doctor Graham Griepp en la clínica neoyorkina Monte de Sinaí. El doctor Fuster, responsable de cardiología del Hospital le dijo una frase que sería premonitoria: "Carlos, te puedo cambiar el corazón, pero "las tuberías (refiriéndose a la aorta y sus ramificaciones) las tienes muy mal". Tras el incidente comentaría "He vuelto a nacer en Nueva York, provincia de Granada".
Tras cinco años de reconocimientos y una producción importante consigue con sus dos últimos discos llevar a la copla andaluza musicalmente a la perfección. En el año 2000 se reproduce el aneurisma en el asiento de un avión que lo trasladaba a Madrid. Una diputada detectó la gravedad de Carlos Cano y una ambulancia le trasladaría al Hospital Universitario de San Cecilio, el Hospital Clínico de Granada, siendo ingresado e intervenido por el equipo dirigido por Eduardo Ros durante más de 7 horas y, tras una tensa espera de tres semanas, fallece el 19 de diciembre en su ciudad natal.
En 2001 es nombrado a título póstumo Hijo Predilecto de Andalucía y se publica Que naveguen los sueños, un disco de duetos con diversos artistas que interpretan sus grandes éxitos.
MARÍA DE LA O
Para
mis manos tumbagas,
pa mis caprichos monea
y pa mi cuerpo lusirlo
mantones bordaos, vestíos de sea.
La luna que yo pía
la luna que me dan.
Que pa eso mi payo abiya más parnos
que tiene un surtán.
¡Envidio tu suerte!
me disen algunas al verme lusí ,
y no saben, probes,
la envidia que ellas me causan a mí.
¡María de la O!
Que desgrasiaíta, gitana tu eres
teniéndolo tó.
Te quieres reí,
y hasta los ojitos los tienes moraos
de tanto sufrí.
pa mis caprichos monea
y pa mi cuerpo lusirlo
mantones bordaos, vestíos de sea.
La luna que yo pía
la luna que me dan.
Que pa eso mi payo abiya más parnos
que tiene un surtán.
¡Envidio tu suerte!
me disen algunas al verme lusí ,
y no saben, probes,
la envidia que ellas me causan a mí.
¡María de la O!
Que desgrasiaíta, gitana tu eres
teniéndolo tó.
Te quieres reí,
y hasta los ojitos los tienes moraos
de tanto sufrí.
Mardito parné
que por su curpita dejaste al gitano
que fue tu queré.
castigo de Dió
castigo de Dió
es la crusesita
que llevas a cuesta
maría de la O.
Para su sé fuí el agua
para su frío candela,
y pa sus besos amantes
dejé entre sus brasos
mis carnes morenas.
Querer como aquel nuestro
no hay en el mundo dos;
¡Mardito dinero que así de su vera
a mi me apartó!
¡Serás más que reina!
me dijo a mi er payo, y yo lo creí;
mi vía y mi oro
daría yo ahora por sé lo que fuí.
VERDE,
BLANCA Y VERDE
De Ronda vengo
Lo mío buscando
La flor del pueblo
La flor de mayo
Verde, blanca y verde.
De Ronda vengo
Lo mío buscando
La flor del pueblo
La flor de mayo
Verde, blanca y verde.
Ay, qué bonica
Verla en el aire
Quitando penas
Quitando hambres
Verde, blanca y verde.
Amo mi tierra
Lucho por ella
Mi esperanza
Es su bandera
Verde, blanca y verde
Verde, blanca y verde.
Lucho por ella
Mi esperanza
Es su bandera
Verde, blanca y verde
Verde, blanca y verde.
Qué alegres cantan
Las golondrinas
Tierra sin amos
Tierra de espigas
Verde, blanca y verde.
Cómo relucen
Las amapolas
De Andalucía
trabajadora
Verde, blanca y verde.
Amo mi tierra
Lucho por ella
Mi esperanza
Es su bandera
Verde, blanca y verde
Verde, blanca y verde.
OJOS
VERDES
Apoyá
en el quicio de la mancebía
Miraba
esconderse la noche de mayo
Pasaban
los hombres, ella sonreía
Hasta
que en su puerta paré mi caballo.
Serrana,
¿me das candela?, y ella me dijo gaché,
Ven
y tómala en mis labios, que yo fuego te daré.
Bajé
del caballo, de cerca te vi,
Y
fueron dos verdes luceros de mayo tus ojos pa mí.
Ojos
verde, verdes como la albahaca.
Verde
como el trigo verde, y el verde, verde limón.
Ojos
verdes, verdes, con brillo de faca
Que
están clavaítos en mi corazón.
Pa
mi ya no hay soles, luceros ni luna,
No
hay más que unos ojos que mi vía son.
Vimos
desde el cuarto despuntar el día,
Y
anunciar el alba la torre la vega,
Dejaste
mis brazos cuando amanecía
Y
en mi boca un gusto a menta y canela.
Serrana
para un vestío yo te quiero regalá.
No
hace falta, estás cumplío, no me tienes que dar ná.
Subí
a mi caballo, volando me fui.
Y
nunca otra noche más bella de mayo he vuelto a vivir.
Ojos
verdes…
Cómo pasa el tiempo ¿verdad? Se fue, pero nos dejó un gran legado.
ResponderEliminarBesos, amiga.