1 Asociacion Cultural Carlos Cano: JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ DE ALBA

domingo, 30 de agosto de 2009

JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ DE ALBA




Nació en Alcalá de Guadaíra el 2 de febrero de 1882, en el numero 5 de la Plaza del Rey – de lo que es hoy La Plazuela-. A los diez años comenzó sus estudios en Sevilla, cursando latín y griego con los padres Jesuitas. Más tarde ingresó en la Universidad de Sevilla, donde estudió primeramente Filosofía. Poco después, se matriculó en Derecho hasta alcanzar, después de aprobar el cuarto año, el grado de bachiller.

En 1847, Gutiérrez de Alba se traslada a Madrid. El 8 de febrero de 1848, en el teatro madrileño del Instituto Español, estrena el drama de Diego Corrientes o El Bandido generoso, que tuvo un éxito apoteósico y le consagraría definitivamente como dramaturgo.

En 1856, tras el golpe de Estado del General O´Donnell, fue condenado en rebeldía como reo político a diez años de presidio en Ceuta, pero pudo emigrar a París favorecido por algunos amigos suyos que lo eran a la vez del Gobierno. No pudo regresar a España hasta el año siguiente, en que Isabel II decretó una amnistía por el nacimiento de Alfonso XII.

De nuevo en España, e infundido por su experiencia francesa, intentó crear una nueva expresión teatral, Surge así la primera revista española, que bajo el título de 1864-1865, se estrenó en el Teatro del Circo de Madrid el 30 de enero de 1865 con un asombroso éxito.
Terminada la Revolución de 1868, desempeñó de 1870 a finales de 1883 una misión diplomática en Colombia. Durante estos años fue elaborando un libro de viajes e ilustrándolos con dibujos de paisajes y escenas de la vida del país colombino. Fruto fue su obra en trece tomos, Impresiones de un viaje a América. Además dirigió un instituto agrícola, colaboró en diferentes periódicos y publicó algunos libros.

Después de catorce años de permanencia por tierras americanas, se estableció en su pueblo natal, Alcalá de Guadaíra.
Desempeñó el cargo de bibliotecario municipal, creado especialmente para él, ante su precaria situación económica. En Alcalá distribuiría el tiempo entre escribir poesías, alguna obra teatral o artículos para periódicos de la capital. Su última producción fue Mi confesión general, autobiográfica que no llegó a publicarse.

El 27 de Enero de 1897 le sobrevino la muerte en la última casa que habitó en Alcalá de Guadaíra, sita en el número 2 de la entonces calle de Bailén – hoy Alcalá y Orti-. En el nicho 405 de la calle Concepción del cementerio actual, puede aún contemplarse la lápida original que le fue colocada cuando fue enterrado en el cementerio de San Sebastián- lugar ocupado en la actualidad por el Colegio Público Cervantes-. Sin embargo, sus restos se encuentran en el panteón de la familia Gutiérrez Ruíz en el actual cementerio.

Gutiérrez de Alba formó parte de aquellos escritores de la segunda mitad del siglo XIX comprometidos desde una óptica liberal con toda la ebullición política del momento. Como señala Mendez Bejarano, su prolija obra- llegó a publicar más de un centenar de libros, muchos de ellos con varias ediciones- tiene sobre todo un inmenso valor ético, histórico y político. Cultivó todos los géneros todos los géneros literarios, destacando especialmente como dramaturgo. En sus obras para la escena trató en todo momento de reflejar claramente su apuesta por la revolución liberal: los desaciertos de la corte, las torpezas y ambiciones de los hombres públicos, el bizantinismo en la política y las costumbres…Todo aparecerá condensado con gran fidelidad en una época de desventuras nacionales.

DIEGO CORRIENTES (Monólogo)

¡Anda con Dios, fortunita!
ya ma desamparao la suerte,
yo vine a buscar mi muerte,
por librar a otra personita.
Estaba desconsolaíta,
presa por mi libertad;
más yo le pude entregar
lo que robarle han querío…
vive feliz, dueño mío,
por ti muero, bueno va.

Maté a Juan el Renegao,
ya sus delitos pagó,
si en buena hora le cogió,
háyalo Dios perdonao.
Primer hombre que he matao,
y al fin murió con su sino.
Quisiera el Cielo Divino
tener de mi compasión
que bien merece el perdón
el que mata a un asesino.

No hay esperanza, lo se,
porque me la niega el cielo
sólo me queda el consuelo
de que por salvarla fue.
Contento yo sufriré
mi cadena y mi prisión,
cumplí con mi obligación
librando a la prenda mía,
no en vano ayer decía:
“hoy te pruebas, corazón”.

Preso en la cárcel ya estoy,
aquí aguardo mi sentencia,
corazón mío, paciencia,
que a fe que te pruebas hoy.
Diego Corrientes yo soy,
aquel que a nadie temía,
aquel que en Andalucía
por los caminos andaba,
al que a los ricos robaba
y a los pobres socorría.

(De Diego corrientes o el bandido generoso)
Centro de profesores de Alcalá de Guadaíra.


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